Bienvenidos al blog del libro «El hijo de Brian Jones», de Jesús Ferrero. Encontrarás información sobre la novela, fotos, análisis de los personajes, entrevistas, críticas.
comentarios
Bienvenidos al blog del libro «El hijo de Brian Jones», de Jesús Ferrero. Encontrarás información sobre la novela, fotos, análisis de los personajes, entrevistas, críticas.
Buen camino!
Gracias 🙂
con el pelo de Brian habrías sido una flecha que te llevase al infinito….
ODA A L.A
Mientras pienso en Brian Jones, difunto
Soy un habitante de una ciudad
Me han elegido para representar
el Príncipe de Dinamarca
Pobre Ofelia
Todos los fantasmas que nunca vio
Flotando hacia hacia la muerte
En una vela de hierro
Regresa, bravo guerrero
Haz la zambullida
En otro canal
Piscina de mantequilla caliente
Dónde está Marrakech?
Bajo las cascadas
la tormenta salvaje
donde los salvajes cayeron
al atardecer
monstruos del ritmo
Has dejado tu
Nada
para competir con el
Silencio
Espero que te fueras
Sonriendo
Como un niño
Hasta el tranquilo vestigio
de un sueño
El hombre ángel
compitiendo con Serpientes
por sus palmas
y dedos
Finalmente reclamó
esta benévola
Alma
Ofelia
Se va, empapado
en seda
Sueño
de cloro
Loco testimonio
ahogado
El trampolín, el salto
La piscina
Eras un luchador
una musa de almizcle adamascada
Eras el blanqueado
Sol
para la tele de la tarde
Sapos con cuernos
sin marcar de un spot amarillo
Mira ahora dónde te ha llevado
Esto
al paraíso de la carne
con los caníbales
y los judíos
El jardinero
encontró
El cuerpo, agresivo, Flotando
Tieso Feliz
De qué es esta verde sustancia pálida
De la que estás hecho?
Haz agujeros en la piel
de la diosa
Apestará
Llevado hacia el cielo
A través de las salas
de música?
Sin suerte
Réquiem para un pesado
Aquella sonrisa
Aquella mirada maliciosa
de sátiro gordo
se ha elevado saltando
hasta el barro.
JIM MORRISON
(Este poema poema fue distribuido en los conciertos de los Doors poco después de la muerte de Brian Jones.)
No creo, el pelo ofrece resistencia al aire.
hola Jesus
te escribo desde Buenos Aires
aqui la publicacion de tu libro en un blog Stone
http://stonespleasedontstop.blogspot.com/2012/03/el-hijo-de-brian-jones-de-jesus-ferrero.html
El personaje de Alexis me ha cautivado aunque, más allá de la técnica narrativa, no he podido evitar preguntarme si no estaba ante un personaje eminentemente romántico suspendido entre dos abismos: el de la oscuridad prenatal que se extiende a lo largo de su vida infantil y la muerte que le llama como un impulso irresistible. En medio -la novela- un ser angelical que vive sin mácula las pasiones extremas. ¿No ha sido el siglo XX el encargado de desactivar esas idealizaciones –las mismas que exaltaban el valor purificador de las guerras que terminaron arrasando Europa?
Juan Gorostidi
Salud, amigos. Hola, Juan. Calificar a Alexis de romántico es quizá excesivo. Alexis se identifica con los románticos como lo haría un adolescente. Alexis es una alma de Dios, danzando como puede en la cuerda floja. Cierto que el siglo XX desenmascaró lo que podía ocultar en Romanticismo, y muy especialmente el Romanticismo alemán. El Romanticismo alemán fue uno de los momentos más dulces de la cultura europea, si bien ocultaba tras sus sedas una máscara de hierro. Pero Alexis no puede llegar a eso, no lo piensa. Lee a los alemanes sin filtros culturales y sin agudezas sociológicas e históricas. Los lee como los leíamos nosotros a los diecisiete años. Yo, por ejemplo, leía así a Holderlin. Un abrazo.
Salud, amigos. Gracias por vuestros comentarios y vuestras aportaciones.
Hola, Juan. Estoy de acuerdo contigo, pero calificar a Alexis de romántico es algo excesivo. Alexis es un alma de Dios, danzando como puede en la cuerda floja, y siempre a punto de caer (pero nunca por fascinación hacia la muerte: la odia). El Romanticismo alemán fue uno de los momentos más dulces de la cultura europea, si bien ocultaba tras sus sedas una máscara de hierro candente. Pero Alexis lee a los románticos alemanes sin filtros culturales de ninguna clase, como un adolescente que acabara de descubrirlos. No discrimina, no juzga. Bebe lo que lee desde la inmediatez de su ser.